Litigación Penal en tiempos de pandemia
Por Daniela Part*
En la última etapa de la carrera de Abogacía los alumnos realizan sus prácticas profesionales, en distintos entes receptores, donde concurren semanalmente para así tener un primer contacto con distintos sectores de la actividad profesional. Se trata de estudios jurídicos, juzgados, tribunales orales, fiscalías o defensorías.
Uno de los aspectos esenciales en la práctica profesional que desarrollarán en al ejercer como abogados en el ámbito penal es la litigación. La Provincia de Buenos Aires hace ya varios años incorporó el juicio por jurados donde aquellas técnicas adquieren especial relevancia. Es por ello que en el marco de las clases “teóricas” que se dictan en el marco de la Práctica Procesal Penal II se comparten con los alumnos diversos ejercicios para que tengan un primer contacto con dichas técnicas de litigación.
En primer término los alumnos aprenden la importancia de que cada parte tenga una teoría del caso que los guíe en el desarrollo del proceso, por lo que se dan herramientas para desarrollarla partiendo de proposiciones fácticas, jurídicas y probatorias. Asimismo se practican formas de comunicar la teoría del caso mediante los alegatos y cómo se debe incorporar en el debate oral la información mediante la interrogación a los testigos.
Algunos alumnos han desarrollado especial interés en aquellas técnicas y ello ha llevado a incorporar como ente receptor de las prácticas al Taller de Litigación que este año comenzó a funcionar en la Universidad de San Isidro. Allí los alumnos pueden practicar aquellas técnicas semanalmente.
Estas prácticas se desarrollan con ensayo constante de audiencias que les permiten a los alumnos adquirir mayor facilidad para expresarse incorporando mediante aquellas actividades totalmente prácticas las técnicas antes mencionadas. Para ello trabajan en profundidad sobre casos en los que deben asumir distintos roles.
Este cuatrimestre entró en funcionamiento el tan esperado Taller de Litigación, al que concurren los alumnos allí asignados para realizar su práctica pero también pueden concurrir como actividad extracurricular. Fue un pedido de los alumnos en los que se despertó interés en esta herramienta, la cual es fundamental para el mejor ejercicio profesional en el futuro inmediato.
Su comienzo se vio dificultado por las medidas de aislamiento social dispuestas frente a la pandemia, pero ello no impidió su desarrollo. Se celebraron numerosos encuentros virtuales en los que se pudieron concretar las audiencias prácticas. Fue una dificultad la virtualidad, pero no es una complicación distinta a la que afronta la justicia en este contexto, con lo cual se les permitió a los alumnos también advertir las dificultades que la virtualidad genera para el ejercicio de todas las garantías. Fue sin dudas una experiencia sumamente enriquecedora.
Por último habré de señalar que también mediante videoconferencia los alumnos pudieron acceder a entrevistar a miembros de la justica que diariamente utilizan las técnicas mencionadas. Incluso pudieron acceder a filmaciones de juicios por jurados en los que evaluaron la aplicación de las técnicas aprehendidas.
* Docente de la materia Práctica Profesional Supervisada en Derecho Penal de la carrera de Abogacía, de la Universidad de San Isidro «Dr. Plácido Marín».
