ARTÍCULO DE OPINIÓN – Creatividad, ¿una moda de estos tiempos?, por Pablo Medina Amicone

Por Pablo Medina Amicone
Director de la Carrera de Administración de Negocios
Universidad de San Isidro “Dr. Plácido Marín”

En una encuesta realizada a principios de año en una universidad americana, le preguntaron a directivos y gerentes de empresas cuál fue la palabra más escuchada en el último año relacionada con los negocios. Dentro de las palabras más elegidas estaban “creatividad” e “innovación”.

En los claustros universitarios abundan los cursos relacionados a creatividad e innovación. Las empresas repiten como un latiguillo que “la innovación es la fuente de la competitividad.”. La gente se vuelca a las librerías en busca del último libro del autor del momento para conocer los tips que fomenten la creatividad. La neurociencia se transformó en una materia cotizada.

¿Es esto así? ¿Se trata solo de una moda, algo parecido a un best seller o una app que surge con un crecimiento exponencial y después se desvanece? ¿O se trata de algo más central e importante? Si uno observa la evolución de la humanidad desde tiempos pretéritos podrá ver que los distintos saltos cualitativos que dio la humanidad fueron fruto de la creatividad e innovación. Todo lo que hoy vemos como normal, en algún momento fue una idea en la mente de alguna persona que luego lo llevó a la práctica. En la época del Renacimiento, Leonardo Da Vinci fue todo un ícono de la creatividad al llegar a ser considerado una de los mayores inventores de todos los tiempos. De hecho hoy se leen libros de creatividad inspirados en este gran hombre.

En los negocios, desde el advenimiento del nuevo siglo, se viene escuchando cada vez más las palabras creatividad e innovación. La llegada de la era digital produjo el cambio de muchas cosas, desde la forma de promocionar y vender hasta los modelos de negocios. Todas las nuevas empresas que nacieron relacionadas con la tecnología y con trabajadores millenials tienen el mantra de la creatividad. Ya advertía varias décadas atrás, con gran sabiduría, ese gran visionario que fue Peter Drucker, que lo que se venía era la sociedad del conocimiento. En esta sociedad vale no solo el conocimiento, sino también cómo aplicar ese conocimiento. Para lograr el máximo aprovechamiento de ese conocimiento es crucial fomentar la creatividad e innovación.

Empresas que hoy son grandes pudieron crecer gracias al talento humano de las personas que integran esa organización. Al final de cuentas, Apple no es la gran empresa que es hoy solo por Steve Jobs. Sin él no existiría desde luego, pero después hubo y hay gente muy talentosa que está trabajando, aportando ideas, para constantemente crear nuevos productos y servicios y mantener a la compañía a la vanguardia en diseño e innovación. Google fue un buscador originalmente, para luego – con la creatividad y el talento de las personas que componen Google- transformarse en una empresa que ofrece servicios transversales a toda una amplia gama de sectores y actividades.

En estos tiempos de cambios tan rápidos urge hoy más que nunca fomentar la creatividad y la innovación. Lo que sirve hoy es probable que en unos años (o a veces antes) deje de serlo. Es una tarea que interpela desde la educación inicial hasta la universidad. En los primeros años de vida todos son artistas, dibujan, inventan, crean. Después se escolarizan y van perdiendo esas habilidades para “ganar” otras, que en tiempos pasados eran fundamentales, y que hoy solo son complementos de las habilidades más blandas y creativas vinculadas sobre todo al hemisferio derecho.

Allí donde las empresas puedan crear una cultura que fomente la apertura, el pensar distinto, el hacer y el probar cosas nuevas, equivocarse, y volver a probar, allí vamos a ver crecer organizaciones más exitosas, con gente más comprometida y apasionada por su trabajo y que genere mayor aporte al país y a la comunidad a la cual se deben.