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28 Oct 2016

Monseñor Ojea, funcionarios del Gobierno Nacional y el BID, juntos para acompañar a quienes se recuperan del consumo de drogas

En la Universidad de San Isidro “Dr. Plácido Marín”, el Obispo de la Diócesis de San Isidro, Monseñor Oscar Ojea, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, y el gerente del Departamento del Cono Sur del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), José Luis Lupo, formaron parte del panel que expuso ayer ante un nutrido auditorio los motivos que convocan a la sociedad a seguir acompañando el programa de los Centros Barriales Diocesanos, desde el que la Iglesia asiste a los jóvenes que viven en el área diocesana y desean superar la adicción al consumo de drogas. Entre la audiencia se encontraban Jorge Triaca, ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Roberto Moro, secretario de la SEDRONAR, Alberto Abriani, subsecretario de Culto de la Nación, y Arturo Flier, secretario de Integración Comunitaria del Municipio de San Isidro.

Monseñor Ojea abrió el evento -que reunió a empresarios y funcionarios de la primera línea del ámbito gubernamental nacional, provincial y municipal, como así también a representantes del sector sindical-, y manifestó: “Desde la Diócesis de San Isidro pusimos en foco el tema de los jóvenes en riesgo que viven en nuestros barrios carenciados; al comienzo nos dimos cuenta de que aquellos que sufrían por el consumo de drogas, no ambulaban a un tratamiento, entonces había que estar con ellos, aprender un modo creativo de intervención; así encontramos la comprensión del Banco Interamericano de Desarrollo, con quien hicimos un convenio y pudimos comenzar hace dos años, con el compromiso de los Municipios, a desarrollar el programa de los Centros Barriales Diocesanos”.

Esta iniciativa cuenta con cuatro Centros, de los cuales dos funcionan en San Isidro, uno, en Tigre y el último, en Vicente López. A través de ellos se alcanza un fuerte impacto positivo en los jóvenes que buscan superar y abandonar el consumo de drogas y que viven en contexto de vulnerabilidad social.

A su turno Stanley, refiriéndose a los jóvenes que concurren a los Centros Barriales Diocesanos, llamó a “entender qué necesita el otro”, afirmando también que “si todos lo intentamos, vamos a lograr un país en el que todos lograremos sentirnos más parte”. Resaltó además el compromiso que moviliza a quienes salen a buscar a quien está desamparado, y espera a quien le tienda su mano para salir de la adicción a las drogas.

En el marco del convenio entre el BID y el Obispado, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA realizó un estudio/diagnóstico, presentado por María Edo,, que sirvió como el factor cuantitativo que reforzó la importancia del trabajo impostergable que se realiza en los Centros Barriales.

José Luis Lupo resaltó la magnitud de la experiencia obtenida por el BID, organismo al que representa y que acompañó desde comienzos de 2015 el desarrollo de los Centros Barriales Diocesanos. Asimismo remarcó tres factores que caracterizan el trabajo más que satisfactorio que se realiza a través de los cuatro Centros: la cercanía, la proximidad, la confianza y que permitieron alcanzar metas sin precedentes en otros proyectos de índole similar, por lo cual se llevará este programa a otros países de América Latina.

Aprovechó para expresar también su preocupación por la sostenibilidad, por lo cual convocó al sector público generador políticas públicas, al sector privado y a la sociedad a comprometerse a mantener estos ámbitos de recuperación de la adicción de los jóvenes.

Estuvo presente el testimonio de tres jóvenes que participan en los Centro Barrial Diocesano ubicado en el partido de Vicente López y de la coordinadora de dicho espacio, Guadalupe Sonego.

El encuentro, que tuvo lugar en el SUM del edificio Papa Francisco de la USI, contó también con la presencia de empresarios, sindicalistas, sacerdotes que acompañan pastoralmente a los Centros, trabajadores y jóvenes que participan en los cuatro Centros Barriales Diocesanos.

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