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12 Jun 2020

Los desafíos de la planificación comunicacional interna en el Estado

Por Fernando Palazzolo*

 

El viernes 12 de junio conversamos con Nicolás Miranda, licenciado en Comunicación Social (UBA), en el marco de la materia Diseño y Planificación Comunicacional, de la Licenciatura en Comunicación Social. Miranda fue responsable de planificar y ejecutar un plan de comunicación interna, centralizado y estratégico, para el Ministerio de Producción de Nación durante el año 2018, que por primera vez se proponía llevar adelante un proyecto de esa magnitud, involucrando a los 13000 empleados que en ese momento formaban parte del Ministerio.

Miranda aclara que por supuesto había canales de comunicación interna, como carteleras, memos, mailing y un departamento de Recursos Humanos, pero lo que faltaba era una visión estratégica que diera coherencia a los mensajes en contenido, estilo y formato, al uso de canales, etc. En definitiva, el objetivo era crear esa voz institucional reconocible que dialogue con los empleados y que oriente la construcción de una cultura organizacional, para que el organismo se convirtiera en un espacio de pertenencia para todos sus miembros. Esto, señala Miranda, es coherente con la “visión modernizadora” que, al menos discursivamente, caracterizó la gestión de Macri al frente del Estado Nacional. El proyecto se pensaba con una visión a largo plazo, dado que se consideraba que esa gestión duraría hasta 2023, a partir de la especulación de que Macri sería reelecto presidente.

Una de las cuestiones remarcadas por el invitado tiene que ver con las negociaciones con los funcionarios en torno a los plazos de planificación y puesta en marcha de las acciones. “En el Estado todo es para antes de ayer”, ironiza Miranda, a la vez que comenta que tuvo que establecer diagramas temporales para que “la gestión política no te lleve puesto”, porque siempre hay situaciones urgentes a atender que debilitan o dificultan el desarrollo de procesos a mediano y largo plazo, sobre todo en un organismo fuertemente atravesado por la crisis económica de los últimos años.

Lo primero, entonces, fue detectar cuáles eran los canales más utilizados y cuáles era necesario crear. Miranda cuenta que el canal más utilizado eran las carteleras que estaban en la planta baja del edificio, un medio físico y analógico anticuado que planteaba muchísimos problemas de accesibilidad a la información.

A partir de un diagnóstico rápido basado en la información que brindaron los funcionarios –recogida de las distintas secretarías que conforman el Ministerio- se definieron tres áreas de acción. En primer lugar, el edificio Roca, donde trabaja entre el 75 y 80 por ciento de los empleados y que además estaba en remodelación. Para Miranda, este edificio emblemático “es en sí mismo un canal de comunicación”, por eso allí se trabajó sobre la cartelería, la señalética y se instalaron pantallas digitales en el espacio de ascensores.

La segunda área de intervención fueron los canales digitales, reformulando la intranet existente, los newsletters, las pantallas mencionadas, el mailing masivo y, lo más relevante según la opinión de Miranda, el desarrollo de una aplicación móvil, creada por la Dirección de Informática del Ministerio, que permitía la gestión de numerosos trámites personales, recibir información y hacer uso de distintos descuentos en comercios.

La última área del proyecto fue nombrada como ‘acciones de cercanía’, que era co-coordinado junto a los responsables de RRHH del Ministerio. Estas acciones buscaban integrar a empleados de distintas áreas en espacios no necesariamente laborales, con el objetivo de fortalecer esa pertenencia que nombramos antes.

Surgieron numerosas preguntas por parte de los y las estudiantes sobre cómo se toman las decisiones en este proceso, cómo se coordina con las distintas áreas involucradas, qué ocurre con el presupuesto asignado y ejecutado y cómo se evaluaron las acciones una vez que fueron puestas en marcha. Todas estas inquietudes ya habían ido apareciendo anteriormente en la cursada a medida que se presentaban los contenidos, por lo que el intercambio se volvió sumamente enriquecedor y revelador. El diálogo con profesionales en torno a experiencias laborales concretas, es sin duda una herramienta didáctica más que válida para reflexionar sobre conceptos, métodos y contenidos que, aunque tomados de autores referentes en el campo de saber que nos ocupa en cada caso, se pueden volver lejanos o ajenos cuando los y las estudiantes no pueden vincularlos a situaciones reales. Por eso aprovechamos las oportunidades que nos brindan las TIC para acercarnos a estas experiencias de manera virtual en el marco de la pandemia.

*Doctorado en Comunicación. Docente de la materia Diseño y Planificación Comunicacional, de la Licenciatura en Comunicación Social. Investigador en Comunicación UNLP/USI/UBA.

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